El uso de los equipos de protección individual (EPI) en el lugar de trabajo está unido a la aplicación de dos reales decretos, transposiciones de sendas Directivas de la Unión Europea, el Real Decreto (Directiva 89/656/CEE) relativa al uso de los EPI y el Reglamento (UE) 2016/425, relativo a su comercialización.
Con esta entrada, se pretende dar una respuesta organizada a las necesidades de información y asesoramiento en relación con la selección y uso de los EPI para la protección contra los riesgos presentes en el lugar de trabajo.
¿Qué es un EPI?
Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo.
Hay situaciones en las que el EPI está diseñado para proteger de varios riesgos que pueden ocurrir simultáneamente, por ejemplo unas gafas de protección frente a radiaciones e impactos.
El trabajador usa el equipo para protegerse a sí mismo y no a terceras personas. Los equipos de protección empleados para proteger a distintas personas de las que los llevan no son EPI.
La ropa de trabajo corriente y los uniformes que no protejan de ningún riesgo y que únicamente sean utilizadas para preservar la ropa personal o con propósitos de uniformidad no son EPI.
¿Cuándo debe utilizarse?
Los EPI deberán utilizarse siempre que existan riesgos para la seguridad o salud de los trabajadores que no hayan podido evitarse o limitarse suficientemente por medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas de organización del trabajo.
La decisión de utilizar un EPI debe estar precedida de la preceptiva evaluación de riesgos. A partir de sus resultados se determinará el conjunto de medidas y actividades preventivas que deben realizarse para eliminar o reducir y controlar dichos riesgos.
En la planificación de estas medidas, se tendrán en cuenta los principios de la acción preventiva, por lo que, la adopción de medidas técnicas de protección colectiva y/u organizativas debe anteponerse a la protección individual.
Hay varias razones por las que el EPI debe ser considerado como el último recurso:
- Protege solo a la persona que lo lleva, mientras que, las medidas de control en la fuente del problema protegen a todas las personas del lugar de trabajo.
- Los niveles máximos de protección del EPI difícilmente se consiguen en la práctica, y el nivel real de protección es complicado de evaluar. La protección efectiva o real solo se consigue mediante el EPI apropiado, correctamente ajustado y usado, y mantenido adecuadamente.
- El EPI puede limitar al usuario en cierta manera, dificultando sus movimientos o visibilidad.
¿Qué condiciones debe cumplir?
¿Cómo se selecciona?
Las actuaciones que deberán llevarse a cabo en la selección del EPI se muestran en el siguiente esquema, donde también se referencian los correspondientes puntos del Real Decreto 773/97.
En FIT Safety contamos con técnicos cualificados que podrán asesorarte y ayudarte a escoger correctamente los EPI que mejor se adapten a tus trabajos o proyectos. Puedes ponerte en contacto con nosotros a través del correo electrónico info@fitsafety.es o a través de los teléfonos 928 365 696 o 682 621 783.
Fuente: Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.