Los equipos de protección individual (EPIs) son dispositivos o medios que se utilizan para proteger a los trabajadores de los riesgos derivados de su actividad laboral. Su uso es obligatorio en muchos casos, y es fundamental que se encuentren en buen estado para que sean efectivos.
La revisión periódica de los EPIs es una medida esencial para garantizar su eficacia y evitar lesiones laborales. En este artículo, te explicamos cómo realizar una revisión correcta de los EPIs, según la normativa vigente.
¿Qué son los EPIs?
Los EPIs son dispositivos o medios que se utilizan para proteger a los trabajadores de los riesgos derivados de su actividad laboral. Pueden ser de diferentes tipos, según el riesgo que se quiera proteger:
- EPIs categoría I: incluyen exclusivamente los riesgos mínimos:
- Lesiones mecánicas superficiales.
- Contacto con materiales de limpieza de acción débil o contacto prolongado con agua.
- Contacto con superficies calientes que no excedan de 50ºC.
- Lesiones oculares causadas por la luz solar (salvo durante la observación del sol).
- Condiciones atmosféricas que no sean de naturaleza extrema.
- EPIs categoría II: incluyen aquellos riesgos no estipulados en los de categoría I y III, riesgos medios.
- EPIs categoría III: incluyen únicamente los riesgos que pueden tener consecuencias muy graves, como la muerte o daños irreversibles a la salud, en relación a:
- Sustancias y mezclas peligrosas para la salud.
- Atmósferas con falta de oxígeno.
- Agentes biológicos nocivos.
- Radiaciones ionizantes.
- Caídas de alturas.
- Etc, …
¿Por qué es importante revisar los EPIs?
Los EPIs pueden sufrir daños con el uso, lo que puede afectar a su eficacia. Por ejemplo, un casco que está roto o agrietado puede no proteger la cabeza de un impacto.
Además, los EPIs pueden contaminarse con sustancias peligrosas, lo que puede suponer un riesgo para la salud del trabajador. Por ejemplo, un respirador que está contaminado con polvo puede causar problemas respiratorios.
Por estas razones, es importante revisar los EPIs periódicamente para garantizar que se encuentran en buen estado y que son eficaces.
Tipos de revisiones
Se pueden realizar dos tipos de revisiones de los EPIs:
- Revisiones visuales: se realizan para detectar daños visibles, como roturas, grietas, desgaste, etc.
- Revisiones periódicas: se realizan para comprobar el estado de los EPIs, utilizando métodos específicos, como pruebas de laboratorio.
En general, las revisiones visuales se realizan por el trabajador antes de cada uso. Las revisiones técnicas, por su parte, se realizan por una persona competente, cómo un técnico de seguridad.
Periodicidad de las revisiones
La frecuencia con la que deben realizarse las revisiones de los EPIs depende del tipo de EPI y del riesgo que se quiera proteger.
En general, las revisiones visuales se deben realizar al menos una vez al día. Las revisiones técnicas se deben realizar con la frecuencia que indique el fabricante o la normativa vigente.
¿Cómo realizar una correcta revisión?
Para realizar una correcta revisión de los EPIs, es importante seguir los siguientes pasos:
- Identificar el EPI: asegurarse de que se está revisando el EPI correcto.
- Realizar una inspección visual: buscar daños visibles, como roturas, grietas, desgaste, etc.
- Comprobar el funcionamiento: asegurarse de que el EPI funciona correctamente.
- Clasificación del EPI: determinar si el EPI es apto para su uso, si debe ser reparado o si debe ser sustituido.
Las revisiones periódicas de los EPIs es un medida esencial para garantizar su eficacia y evitar lesiones laborales. Al realizar una correcta revisión, se puede asegurar que los EPIs se encuentran en buen estado y que son eficaces para proteger a los trabajadores de loes riesgos derivados de su actividad laboral.
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Fuente: Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.